domingo, 2 de diciembre de 2012

Un inmigrante sin papeles enfermo no tiene atención médica y carece de recursos para comprar sus medicinas

La lista de sus enfermedades es larga. Julio Basilio González, cubano de 59 años residente en Madrid desde marzo de 2009, pone sobre la mesa un fajo de folios que resumen sus padecimientos —un soplo en el corazón, el colesterol disparado y migrañas crónicas, entre otros— y la docena de medicaciones que necesita. Lo que más le preocupa es no poder controlar su tensión. “Hay pastillas que si no me las tomo me puede dar algo”, afirma pausado mientras toma una tila —“un café sería malísimo”, apunta—. Hasta septiembre su médico en el centro de salud de su barrio al sur de la capital, Carabanchel, le recetaba los fármacos que podía adquirir subvencionados. Pero su tarjeta sanitaria caducó y ya no se la renovaron. No tiene papeles y ha quedado excluido de la atención por la reforma de la sanidad del Gobierno, que el 31 de agosto dejó sin tarjeta a casi un millón de inmigrantes irregulares. Sus nombres ya no aparecen en el sistema. “Esta ley es mi condena de muerte”, recalca González. Leer noticia completa

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